miércoles, 23 de agosto de 2023

Caso de extrema urgencia

 



—¿Cuánto  está dispuesta a pagar?


La pregunta la torturaba. Le repugnaba estar tratando aquel tema con ese tipo. Pero no

 

tenía opción.

 

—Veinte mil…

 

—¿Veinte mil? ¿Sólo eso? Debe estar bromeando señora. Nadie hace este trabajo por

 

veinte mil —el tipo parecía un vendedor de seguros.

 

—Diga usted la cifra.

 

—Doscientos mil…

 

—¿Cuánto? ¡Usted está loco!

 

La miró de una manera similar al de una araña antes de tejer su red sobre una pobre

mosca atrapada.

 

—Mire señora, esto no es un trabajo común y corriente. Primero tenemos el factor

tiempo. Su hijo no puede perder más, está en el límite. Por otra parte es un tema de

extrema confidencialidad. Nosotros somos altamente profesionales. Además jamás

nadie va a poder involucrarla con esta… ¿Cómo podríamos decir?… operación

comercial. Además le brindamos toda la logística apropiada.

 

—Eso ya lo sé. La persona que me lo recomendó me dijo que ustedes se ocupan de

todo, sobre este tipo de operación. Pero, doscientos mil es mucho…

 

—Señora, por último, es una cuestión de mercado. A menor oferta, mayores precios.

Las personas tienen dos pulmones, dos riñones, un par de ojos. Si ese fuera el caso el

costo sería menor. Pero tienen un sólo corazón. Eso eleva el valor de mercado para

conseguir el candidato apropiado.


2 comentarios:

Anónimo dijo...

Gran trabajo, te sumerge en un mundo al instante. Toca ideas interesantes y te hace entender de una manera sutil la situación, tan complejo que llega a jugar con el lector, guiandolo hacía su propio presentimiento del que pasó. Muy bueno.

Anónimo dijo...

Quedé frío con ese final. Cómo todo buen cuento, rápido y a la cuestión.