No
sé si aún te recuerdas. ¿Podrías haberlo olvidado? ¿El olvido puede más que los
sentimientos? Yo no puedo, ni quiero olvidarlo. Es más, pagaría el dinero que
no poseo, por volver a vivir aquel instante eternamente. Cierro mis ojos, y te
veo como ayer. No estoy hablando de juventud y lozanía. No me refiero a
belleza, cualquiera sea el sentido que uno le dé a ese concepto.
Como
ayer… alegre y despreocupada, y parafraseando a Serrat: “dispuesta a jugar el
juego, que mejor juegas, y que más te gusta”. ¿Entiendes de qué estoy hablando?
¡Si!... de aquel día, mejor dicho, de aquella tarde de verano. ¿No estás
vibrando de solo recordarlo? ¿En serio no te causa nada? En cambio, yo…
Estabas
parada con tu vestido etéreo al trasluz, el viento caliente soplaba y la tela
se adhería a tu talle. Tu cabellera lacia se agitaba rebelde. Y lucías más
pecosa que nunca, piel rosada; labios incitantes. En este punto, debo admitir
el recuerdo se vuelve borroso, o es que no son tan memorables. Pero lo
siguiente que rememoro, es los dos en la cama. Librando un combate incruento.
Cada uno preparaba sus armas con paciencia, y atacaba en el sitio preciso dónde
nacía el goce.
Estabas
espléndida, parecías una tormenta en el mar.
Un
espectáculo bello, pero sobrecogedor. Cuando te paras a la orilla del risco y
recibes el ventarrón en tu cara. El aroma salobre que excita tus sentidos. Las
negras nubes y las centellas que iluminan de ratos. El ruido del viento y los
truenos. El vendaval.
Te
quieres alejar. Huir. Pero no puedes, la tormenta te atrae. Entonces, sin
pensarlo, me zambullo en tus tibias profundidades. Todo se agita a mí
alrededor. Subo, giro y caigo; arrastrado por tu huracán. Me da miedo, pero me
fascina como una montaña rusa. Y luego, cuándo todo se tranquiliza, veo en la
oscuridad azul, tu imagen. El silencio profundo, como estar en el útero materno
y la misma paz. Entrelazados, mis brazos y los tuyos, nuestras piernas y las
sábanas.
¿Realmente,
lo has olvidado?
¿O
estás haciendo algún tipo de broma?
¿O
son mis recuerdos los que juegan con mis sentimientos?
1 comentario:
Que hermoso. He visto una historia de un chico en Instagram y he saltado a tu blog. Es lo primero que leo de vos y con esto me basta para saber que eres un gran escritor. Bárbaro. Te aplaudo de pie. Seguí escribiendo porfavor.
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